La pérdida de eficiencia en una caja de cambios Pinion es mínima y depende de las condiciones. En laboratorio, una transmisión tradicional puede ser alrededor de un 4,5 % más eficiente. Sin embargo, esa eficiencia cae rápidamente cuando la cadena trabaja en los extremos del cassette, cuando la lubricación no es perfecta o cuando aparecen polvo y barro. En determinadas situaciones, una caja de cambios con correa puede incluso resultar más eficiente. No la usaríamos en el Tour de Francia, pero para trail o enduro en montaña, la elección es evidente.
Efecto placebo
Una caja de cambios puede dar una sensación distinta: en algunos desarrollos se percibe el engranaje a través de los pedales, y el cerebro puede traducirlo como rozamiento. A esto lo llamamos “efecto placebo”. Lo positivo es que desaparece tras unas pocas salidas. Lo mismo ocurre al girar las bielas en un potro de taller: en ciertos cambios se sienten los mecanismos internos, mientras que en una transmisión tradicional esa resistencia no existe sin carga. Sin embargo, las pruebas muestran que cuanto mayor es la carga aplicada a una caja con correa, más eficiente se vuelve. En un montaje con desviador ocurre lo contrario, especialmente en los desarrollos más largos. Además, las cajas de cambios Pinion mejoran su rendimiento con el uso, sobre todo en los primeros 500 km.
¿De dónde surge el mito del rozamiento?
Un estudio de 2015 cifró en un 90,5 % la eficiencia de las cajas Pinion, y esa cifra se ha repetido a menudo fuera de contexto para compararlas con transmisiones de desviador. El problema es que estas últimas están lejos de ser 100 % eficientes. Un artículo de CyclingAbout calculó que una transmisión 1x de 11 velocidades ofrece una eficiencia máxima del 96,0 % y mínima del 92,4 %, con una media del 95,1 %. Esto sitúa la diferencia real de eficiencia con respecto a una caja de cambios en menos del 4,5 %.
Además, CyclingAbout señalaba que, al revisar los ensayos originales del 90,5 %, los resultados mostraban un aumento claro de eficiencia a medida que crecía la potencia aplicada. Es probable que, a 250 vatios, las cajas Pinion alcanzaran cifras más altas. Y conviene recordar que un sistema de 12 velocidades es aún menos eficiente que uno de 11, ya que el ángulo de la cadena aumenta con cassettes más anchos.


A menudo nos preguntan si una caja de cambios no supone demasiado peso. Lo notable es que, precisamente, el peso es la razón por la que optamos por integrarlas. La caja de cambios permite reducir de forma significativa la masa no suspendida, lo que mejora el rendimiento de la suspensión. Además, el centro de gravedad de nuestras bicicletas se sitúa exactamente donde debe estar: bajo y centrado, lo que las hace sentirse ligeras y trazan curvas como ninguna otra.
Si hablamos de peso absoluto, una caja de cambios siempre será más pesada que una transmisión tradicional. Una Pinion C1.9 de 9 velocidades pesa 2000 gramos. Sin embargo, el peso total de nuestras bicicletas se mantiene en línea con el mercado gracias a la elección adecuada de componentes. Y aun cuando supusiera unos gramos de más, compensa con creces por todas las ventajas que aporta: rango de cambio del 600 %, rueda trasera más robusta, prácticamente sin mantenimiento, correas que duran años, funcionamiento totalmente silencioso, cambios sin necesidad de pedalear, cambio instantáneo, ausencia de golpes de cadena, etc. Nos sorprendería mucho que un propietario de Zerode quisiera volver a una bici con desviador.
Pesos de cuadro:
El peso del montaje completo depende en gran medida de los componentes. Los principales factores de influencia son el tamaño de rueda, ruedas de carbono frente a aluminio, elección de neumáticos, montaje trail o enduro, horquilla 36 o 38, y amortiguador de muelle o de aire. La mayoría de nuestras bicis de enduro se sitúan entre 15,5 y 16 kg.
