Cuando empezamos a trabajar con cajas de cambios, estas eran de transmisión por cadena. Más tarde incorporamos la correa de carbono Gates. ¿Por qué? En pocas palabras: frente a la cadena, la correa ofrece únicamente ventajas. Dura tres veces más, pesa menos y es muy silenciosa. No tiene flexión, como a veces se cree. Las correas CDX incorporan fibras de carbono de gran resistencia. Eso sí, si alguna llegara a romperse no se puede reparar, por lo que recomendamos llevar una de repuesto en rutas de varios días o en vacaciones. Apenas supone 80 gramos en la mochila.

Eficiencia de la correa

Las pruebas de laboratorio muestran que las cadenas son más eficientes a potencias bajas (por debajo de 212 W), mientras que las correas lo son a potencias altas (por encima de 212 W). En general, una cadena nueva es entre un 0,3 % y un 1 % más eficiente que una correa en línea recta. Sin embargo, en cuanto la cadena se ensucia, se seca o trabaja fuera de línea, su eficiencia cae rápidamente.

Las correas, en cambio, evacuan el barro y, al no tener piezas rotativas como las cadenas, mantienen su eficiencia incluso en las peores condiciones. Las cadenas se estiran con el uso y una desgastada puede perder hasta un 4 % de eficiencia. Las correas nunca se estiran y, incluso al 100 % de desgaste, la diferencia de eficiencia respecto a una nueva es inferior al 0,5 %. Además, los lubricantes de cadena pueden provocar variaciones de varios puntos porcentuales, mientras que las correas no requieren lubricación alguna.